Perdón, señor secretario y señor Presidente, una disculpa. Yo quisiera, si me permitieran, tener una intervención.
La iba a hacer en otro espacio, cuando hubo varias participaciones, pero la he dejado al final, antes de la intervención del señor Presidente, solamente para compartir algunas reflexiones sobre lo que nos ha tocado observar al seno de este Consejo Nacional de Seguridad Pública, y quiero hacer esta intervención porque, precisamente, quizá sea la última a la que atiende mi carácter de gobernador del Estado, toda vez que son dos veces al año que sesiona este Consejo.
Yo quisiera, primero, decir que comparto yo creo que la preocupación, la inquietud y el compromiso de todos los gobiernos estatales por sumarnos a este esfuerzo institucional con el gobierno de la república para mejorar la seguridad pública del país.
Creo que ningún estado se puede quedar o se ha quedado atrás de este esfuerzo. Algunos han avanzado más en ciertos temas, pero en lo que ha sido el compromiso de las entidades, asumidas al seno de este Consejo.
Sin embargo, yo creo que también es una buena oportunidad ya, en lo alcanzable y lo logrado, de revisar qué tanto está sirviendo lo que hemos venido haciendo. Nos hemos pronunciado desde el Estado de México por reforzar la estrategia que a nivel nacional, con el apoyo de todos los órdenes de gobierno, se han seguido para mejorar las condiciones de seguridad pública.
Y creo que ya la estadística construida con la participación de la sociedad civil, con la participación del Observatorio Ciudadano y de todas las entidades participantes, da lugar para pasar de metas y objetivos generales a metas muy específicas.
Yo pude recoger en la expresión de algunos de mis compañeros gobernadores, en lo que ha sido el desarrollo de esta sesión, el no sentirnos suficientemente satisfechos de los acuerdos que tomamos, y de lo que eventualmente llegamos a aprobar.
Pude observar en el gobernador de Tamaulipas, cuando se votó el tema de la fórmula para la asignación de recursos del Fondo para la Seguridad Pública, que me parece respeta los criterios que hasta entonces se han tenido, pero creo que es oportunidad, a partir de lo que se aprobado a propuesta de la Conferencia Nacional de Gobernadores, de redefinir o eventualmente asignar nuevos recursos a las prioridades específicas de cada una de las entidades.
Y de ahí que yo sugiera --ojalá y se pudiera pensar--, en trazarnos de los objetivos generales y de los compromisos generales que han asumido todos los gobiernos estatales a objetivos muy particulares, y también hacer una revisión de la correspondencia que hay de lo que nos hemos comprometido a realizar: unidades antisecuestros, implementación del nuevo sistema de justicia penal, entre otros objetivos, certificación de nuestras policías, qué tanto han servido estas metas generales con los logros y resultados que se tienen.
Porque creo que es una buena oportunidad con lo que se ha logrado, de saber si vamos por el rumbo correcto. Si como lo dijera hace un momento la señora Wallace, el señor Héctor Larios, se han logrado o se espera que haya resultados más efectivos.
Creo que el esfuerzo realizado por la Conago, en esta participación que tuvimos todas las entidades y el gobierno del Distrito Federal, tuvo un propósito: sentimos al seno de esta conferencia que podíamos hacer algo más, no nos sentimos satisfechos con lo que se ha logrado y por eso instrumentamos este mecanismo, en una medida adicional a las metas que aquí se han definido.
Con lo que he dicho, en pocas palabras, quiero abonar a una reflexión: saber si lo que se ha trazado al seno de este Consejo, cumple con los objetivos y los resultados que se quieren tener, y no sólo veamos en los objetivos, en las metas o en los compromisos asumidos, la meta última que, me parece sólo es un instrumento para una mayor eficiencia del Estado Mexicano en todos los órdenes de gobierno, para lograr una mejor seguridad pública.
Segundo, realmente definir si cabe apoyar con nuevos presupuestos un tema que resulta de la mayor prioridad para este país, que es la seguridad pública. Porque una meta o una política pública en materia de seguridad que no es respaldada con más recursos, se queda en lo que yo he señalado: mera demagogia. Tenemos realmente que asumir, si hay un compromiso y estamos sensibles a esta demanda ciudadana, hay que reforzarla con mayores recursos.
Y tercero y último: siento limitado el alcance de un espacio como el que tenemos dos veces al año, una vez al semestre, para definir objetivos y para definir políticas a seguir. Ojalá, y esa es mi propuesta que pueda quedar para el trabajo que tenga este Consejo Nacional de Seguridad Pública, es una propuesta, se dieran más espacios, eventualmente cerrados, porque sólo en ellos se puede realmente definir y redefinir las políticas que en materia de seguridad pública se están siguiendo.
Hay estrategias que tampoco pueden ventilarse públicamente, me parece que hay estrategias que deben ser cerradas, pero que realmente nos permitan servir al objetivo que todos los estados tenemos como responsabilidad: lograr una mayor y más eficiente labor del Estado Mexicano para brindar condiciones de seguridad pública.
Muchas gracias y, señor Presidente, muchas gracias por el espacio. Una disculpa por haber antecedido a la intervención de usted. Muchas gracias.y para colmo Ineptitud en la campaña de Eruviel Ávila - Roberto Calleja Ortega lea mas... http://bit.mx/rco
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